lunes, 28 de diciembre de 2009

La economía política de la educación superior en México

La economía política de la educación superior
en México, ANUIES, México, 2009, 153 pp.
Ciro Murayama




La economía política de la educación superior en México ofrece un análisis de las transformaciones de la educación superior mexicana a lo largo de tres décadas y media (1970-2005), y las sitúa en el contexto de los profundos cambios en la sociedad, la economía y el sistema político.

A inicio del siglo XXI, la educación superior en México es un tejido heterogéneo y complejo: con dos millones y medio de alumnos, doscientos mil maestros, tres mil escuelas, recibe el 20% del presupuesto educativo federal y las familias mexicanas gastan en educación superior, en términos relativos, más que las de países desarrollados.

La ampliación de la educación superior no ha querido decir, por lo general, nuevas prácticas educativas, ni innovaciones organizacionales; a la vez, la matrícula se concentra en carreras administrativas y, en cambio, el área científica pesa cada vez menos en términos relativos.

Las modificaciones en la educación ocurrieron dentro de un trayecto histórico donde operó un amplio cambio estructural en la economía, con el que disminuyó el papel del Estado y el desarrollo se dejó en lo fundamental a las reglas del mercado, hecho que impactó también a la educación superior. En materia política, el país abandonó el régimen de partido hegemónico y construyó un sistema de partidos y una genuina división de poderes que permite que el Congreso defina el financiamiento a la educación superior.

Este libro pone de relieve cómo la vida económica ha condicionado a la educación superior y por qué el desarrollo exige políticas de Estado para la educación superior.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Nos acompañan los muertos, 18/12/2009

Nos acompañan los muertos
Ciro Murayama | Opinión

El año se marchita y la iniciativa de reforma política del Presidente puede esperar para 2010. En cambio, conviene aprovechar la pausa invernal para atender una de las creaciones literarias más relevantes que vieron luz en México en 2009. Me refiero a la novela Nos acompañan los muertos, del escritor Rafael Pérez Gay, publicada bajo el sello editorial de Planeta. En este libro, con cierta inspiración de Philip Roth, Pérez Gay se hace cargo de un tema crudo y desesperanzador, pero que por lo mismo la buena literatura tiene que mirar a los ojos: la vejez, el deterioro y la muerte de los padres.

Ofrezco a continuación una treintena de subrayados a Nos acompañan los muertos en el afán, espero que realista, de motivar la lectura completa de este imprescindible libro, pues la demografía mexicana, con la prolongación de la esperanza de vida y una transición epidemiológica que hace que cada vez se padezcan más enfermedades crónico degenerativas, nos revela que el tema del libro cada vez visita a más hogares y lo seguirá haciendo en el futuro cercano:

1) “Los viejos acercan el pasado remoto y lo dejan arder en el presente ante sus ojos nublados. La antigüedad es un incendio”.

2) “Nadie puede vivir sin atarse a alguien o algo. Quien diga lo contrario miente”.

3) “Las tumbas prestigiosas suelen ser mentiras de piedra”.

4) “—¿Para qué vivir tantos años?

“No supe responderle. Olí el perfume delicado de frutas dulces que en mi cerebro se llama mamá”.

5) “Perdido en la oscuridad necesitaba a mi madre, la idea de que nunca más me volvería a cuidar me hundía en un pozo de tristeza”.

6) “La cercanía de la muerte de los padres nos vuelve débiles, neuróticos”.

7) “Mis padres vendieron su alma al odio. La vida puede ser entendida como una subasta, una gran compraventa de almas”.

8) “Mis padres perdieron la intimidad cuando contratamos a las enfermeras de noche que los atendían siguiendo la ruta de las medicinas, de la oscuridad, de las pesadillas, de la idea anticipada de la muerte. Por eso las detestaba, porque sabían sus secretos, en ellas reconocía a dos espías del hecho irreversible de su desaparición”.

9) “Viudo, perdido en la neblina de la demencia senil, Luis se transformó en un fantasma que atravesaba los tiempos sin orden ni concierto, de la infancia pasaba a la vejez, de ahí a la juventud, de ahí al vacío. Caminaba por un caserón deshabitado llamando por su nombre a los muertos y desconociendo a los vivos”.

10) “Nada separa tanto como la fe, el cumplimiento de un credo separa a las personas”.

11) “Error, nadie recupera nada del pasado, salvo el dolor de lo irrecuperable”.

12) “La cercanía de la muerte soltó a la bestia de la culpa”.

13) “Ella estaba consumida por el esfuerzo, cansada de vivir y aferrada al viejo tronco que llamamos vida”.

14) “Nunca soportó la tentación irresistible de corregir la realidad”.

15) “No se repuso de ese golpe, se dejó arder en silencio y en las llamas del sufrimiento confirmó que no hay mayor fuerza destructiva en la vida que la pérdida de un hijo”.

16) “Le puso cerco a sus anhelos, lo agobió con saña hasta que el hijo resolvió evadirse. Sin evasiones no existe el porvenir”.

17) “Siempre creyó que la cólera era su aliada, pero más bien fue su adversaria astuta, la autora de no pocas trampas en las que despeñó sus sueños. La ira lo enceguecía y avanzaba cometiendo tropelías en la oscuridad”.

18) “Mientras escribo estas líneas me doy cuenta de que mi padre y mi madre vivían abandonados en un rincón de la vida, solos, en un margen en el que intercambiaban sus soledades”.

19) “Fui muchos médicos en esa época, pero sobre todo y como nunca uno de sus cinco hijos”.

20) “Me di cuenta de que lo estreché no sólo para mantenerlo en pie, deseaba retenerlo en el mundo. Alguna vez, todos los hijos desean retener a sus padres en este mundo”.

21) “Descansé en la oscuridad, no soñé con nadie querido, a esta ausencia la llaman reposo”.

22) “El sueño y la locura son gemelos nacidos en mundos diferentes”.

23) “Los secretos de amor se desmoronan al contacto con el aire”.

24) “El hijo les hablaba desde la decrepitud de su edad a los padres jóvenes en el portal de la muerte, les preguntaba por él mismo perdido en algún momento de su infancia”.

25) “Por cierto, nadie hace nunca lo que le da la gana, todos llevamos un grillete en el tobillo”.

26) “Durante la noche, cuando soñamos, o en el delirio, cuando enloquecemos, todos somos surrealistas, somos Breton, Picasso, Dalí”.

27) “Un clan que dispersó el viento de la vida se reunía de nuevo convertido en un grupo de extraños ligado por la muerte de uno de sus viejos”.

28) “La religión ayuda a las personas a arreglarse con los misterios de la vida y la infinitud de la muerte, pero yo a los curas los vomito”.

29) “Me despedí de ella como si estuviera viva y la besé muerta. Se había convertido en un trozo helado muy parecido a mi madre”.

30) “Updike tiene razón, nuestros padres son desde luego nuestro pasado, pero quizá sobre todo nuestro futuro”.

viernes, 11 de diciembre de 2009

El cambio climático en México, 11/12/2009

El cambio climático en México
Ciro Murayama | Opinión
Viernes 11 de Dic., 2009

En esta semana que se celebró en Copenhague la Cumbre del Clima, conviene hacer una revisión de lo que sabemos del cambio climático y sus impactos en nuestro país.

“La economía del cambio climático en México” (disponible en www.semarnat.gob.mx) es un relevante estudio, coordinado por el profesor Luis Miguel Galindo, de la Facultad de Economía de la UNAM, y publicado por el gobierno federal, que merece ser ampliamente difundido porque el incremento de la temperatura del planeta es “uno de los grandes desafíos del siglo XXI”, cuyas consecuencias no serán ajenas a nuestro bienestar como sociedad.

En el estudio se retoman cuatro conclusiones científicas sobre el cambio climático: a) el calentamiento del sistema climático es inequívico; b) la emisión de los gases de efecto invernadero se incrementa de forma significativa desde 1850 por el proceso de industrialización y ocasiona un aumento en la temperatura global del planeta; c) en este siglo la temperatura del planeta se incrementará de entre 1.1 a 4.5 grados centígrados, aunque hay estimaciones que llegan a los 6 grados; d) el cambio climático está teniendo influencia sobre muchos de los sistemas físicos y biológicos.

El estudio construye para México diversos escenarios futuros, con las siguientes conclusiones: con un incremento de la temperatura de entre 2.5 y 4.0º C la precipitación promedio en el país descendería un 11 por ciento. Si el incremento de la temperatura es de entre 1.5 y 3.0º C, la reducción de la precipitación podría ser de -8.7 por ciento. En los diferentes escenarios, las regiones del norte del país, en especial la noroeste, experimentarían los mayores incrementos en la temperatura y la más acusada reducción en las precipitaciones.

Asimismo, se estima que con un rango de 60 por ciento de probabilidad la tasa promedio de crecimiento de la economía mexicana se ubica en un promedio de largo plazo de 3.5 por ciento. Esa dinámica –de por sí baja tomando en cuenta las necesidades de crecimiento que implica la dimensión y la composición de la población mexicana– puede verse afectada por el cambio climático. Así, las mayores temperaturas tendrán que repercutir sobre la producción agrícola. En especial, los efectos más significativos se presentarían hacia 2050 y que para 2100 habrá una caída importante de los rendimientos agrícolas. El estudio señala que se puede compensar el aumento de la temperatura con una mayor cantidad de agua, pero que ello no es sustentable y generaría a su vez efectos negativos sobre los recursos acuíferos.

El cambio climático incide de forma directa tanto en la demanda como en la disponibilidad de agua. Si hoy se demandan alrededor de 12 mil millones de litros para consumo humano, ese monto habrá crecido en un 50 por ciento para mediados de siglo. El estudio establece que satisfacer el diferencial adicional entre oferta y demanda de agua impondrá costos económicos muy importantes.

Otro terreno donde las consecuencias del cambio climático serán drásticas es en materia de biodiversidad. De darse un incremento de entre 2.2 y 4 grados de temperatura, tenderán a la extinción entre el 2 y el 20 por ciento de los mamíferos, entre el 3 y el 8 por ciento de las aves y entre el 3 y 15 por ciento de las mariposas. Es importante subrayar que si bien la biodiversidad no tiene asignados precios que permitan medir con precisión el costo económico de su pérdida, los servicios ecosistémicos (provisión de biomasa, alimentos y agua; dar soporte al hábitat; regulación del ciclo de nutrientes y del clima; así como proveer servicios culturales como la belleza escénica de los paisajes) dependen de la biodiversidad. La pérdida de la biodiversidad estimada en el estudio para México es significativa y creciente, con efectos negativos sobre la producción agrícola (y como recordatorio cabe añadir que hoy, sin que esos efectos se hayan expandido, México apenas produce un 60 por ciento de los alimentos que produce, por lo que nuestra dependencia alimentaria puede incrementarse por el cambio climático).

El cambio climático está teniendo consecuencias en los huracanes; el incremento de éstos, en los 25 municipios más vulnerables, pone en riesgo potencial a una población de 4 millones de personas, a un millón de viviendas, así como a una producción agrícola por valor de 977 millones de dólares, a una producción pecuaria de 456 millones de dólares y una actividad turística con un valor de 2 mil 905 millones de dólares.

En materia de salud, el estudio demuestra que el cambio climático aumentará las enfermedades contagiosas y ocasionará daños a la salud asociados con las olas de calor.

Todas las consecuencias expuestas tienen costos económicos crecientes, por lo que México debe hacer esfuerzos de primera magnitud para mitigar los efectos del cambio climático. Es necesario, por ejemplo, modificar el consumo nacional de energía, reduciendo el consumo de combustibles fósiles. Ello debe darse por medio de incrementos en los precios de ese tipo de energías para desincentivar la demanda (al final el “gasolinazo” es una necesidad para disminuir las emisiones que contribuyen al cambio climático), así como mediante una regulación adecuada. Los mecanismos de mercado, la mera subida de precios, sería insuficiente. En materia de energía hay que usar menos carbono y movernos a la generación de energía eléctrica limpia, lo que incluye el delicado tema del uso de energía nuclear.

El estudio concluye analizando los diferentes campos en que será necesario desarrollar políticas, además de la energía y el consumo de la gasolina. Por ejemplo, limitar la expansión de la frontera agropecuaria y fomentar el establecimiento de plantaciones forestales de calidad; generar subsidios agropecuarios; crear un mercado de carbono; acciones en el sector agropecuario; en el uso del agua construyendo infraestructura adecuada, por ejemplo.

En suma “La economía del cambio climático” debería de ser un documento de lectura obligatoria –empezando por todo el sistema educativo–, pues sus propuestas podrían vertebrar la estrategia de desarrollo económico, que si bien involucra a actores privados y a la sociedad en su conjunto, sólo podrá articularse alrededor de una política auténticamente de Estado… y de la que hoy carecemos.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Presupuesto Bonsái, 11/11/2009

Ciro Murayama
Presupuesto bonsái
11 de noviembre de 2009

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2009-11-11

De acuerdo con lo que dispone el artículo 74 de la Constitución, el 15 de noviembre la Cámara de Diputados deberá aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación. La decisión que tomará la Cámara baja está condicionada en buena medida de antemano, pues el propio Congreso aprobó una Ley de Ingresos que, en sintonía con la propuesta presentada por el Ejecutivo, pone énfasis en la meta de conseguir el equilibrio presupuestal aun a costa de descuidar objetivos como la reactivación económica. Tan es así que el Congreso aprobó un monto de ingresos para la Federación que varía en sólo 0.2% respecto a la iniciativa presidencial; en materia de déficit público, Hacienda propuso una cifra de 0.5% del PIB y el Legislativo la amplió (casi) nada, a 0.75% del PIB.
La obsesión contable en pos del equilibrio presupuestal que perdura en nuestro país contrasta con las prioridades que definen los responsables de la política económica en el resto del mundo. El fin de semana anterior, los ministros de Finanzas de los países del G-20, reunidos en Escocia, “se comprometieron a mantener los estímulos a la recuperación de la economía hasta que se afiance la recuperación” (El País, 08/XI/09). Siendo así, las economías avanzadas continuarán con sus estrategias de estímulo a la demanda aunque ello implique incurrir en déficit que rondan el 10% del PIB (más de 10 veces lo que nosotros) y en montos de gasto del 50% del PIB (más del doble que nosotros).

La contención del gasto público en México, a pesar de ser una de las economías que mayor deterioro económico ha tenido a lo largo de 2009, implica que los márgenes de actuación para hacer un uso relativamente intencionado del presupuesto a favor del crecimiento se vean reducidos. Es bien sabido que alrededor de nueve de cada 10 pesos del presupuesto federal en México se destinan a partidas de gasto “irreductible”. Por lo anterior, la única manera de obtener espacio de maniobra en el ejercicio presupuestal es a través de su ampliación. Pero si la determinación es no gastar más, ello lleva implícito que tampoco pueda innovarse mucho. No puede esperarse, entonces, la puesta en operación de ningún proyecto ambicioso de gasto o inversión para 2010.

El Ejecutivo federal propuso en su iniciativa un aumento del gasto social, de cara a la crisis económica, de 2.5% en términos reales respecto a lo aprobado para 2009; se trata, por cierto, de una ampliación en el gasto destinado a los más pobres que muy lejos queda de poder compensar la caída promedio del ingreso de 8% que tendrá la economía este año, reducción que puede ser aún peor para los hogares de menores ingresos, pues la última encuesta de ingreso-gasto de los hogares reveló que las familias pobres en comunidades rurales vieron caer su ingreso en 16.3% entre 2006 y 2008, mientras que la caída promedio nacional fue de 1.6%.

El corsé del equilibrio a corto plazo y a toda costa tendrá, sin embargo, efectos sobre la capacidad productiva de la economía mexicana. En gasto en desarrollo económico, el presidente propone una reducción de 1.3% en 2010 respecto a 2009. A la par, no contempla planes plurianuales de inversiones en infraestructura, que el propio artículo 74 de la Constitución ya permite y que representan el tipo de acciones que, en otros países, como Estados Unidos, se han convertido en el eje de la recuperación. Menos inversión y mayor gasto corriente con presupuesto estancado implica un recorte, sobre todo, en aquellas áreas que podrían detonar el crecimiento o contribuir a amortiguar la caída productiva, como es la ampliación de la infraestructura que resulta indispensable para el despliegue la actividad económica.

El deterioro acumulado de la infraestructura no es menor, y vaya un simple pero elocuente botón de muestra: una de las razones por las que México no aspirará a volver a organizar un Mundial de Futbol hacia 2018 o 2022 se debe a que nuestra infraestructura en estadios es obsoleta. Como se ve, la carencia de inversión no sólo no produce pan, también afecta al circo.

Con esas limitaciones, la disputa por el presupuesto versará sobre quién ejerce los recursos de los programas sociales, si los gobernadores o la Federación. Esa es la altura de miras, lejos de la búsqueda del crecimiento económico y la creación de empleo.

El manto de los recursos presupuestales, más que una frazada para campear la crisis, se antoja un pañuelo hecho jirones para una noche muy larga y muy fría.

Profesor de la Facultad de Economía de la UNAM

martes, 8 de diciembre de 2009

Priístas que no amaban a las mujeres, 27/11/2009

Priistas que no amaban a las mujeres
Ciro Murayama | Opinión
Viernes 27 de Nov., 2009 | Hora de creación: 02:38| Ultima modificación: 02:38




Con el respaldo de los legisladores locales de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI), 17 entidades federativas de México han modificado sus constituciones para definir que la vida del ser humano comienza desde la concepción. Con tales cambios se cancela o cuando menos se limita de forma severa la posibilidad de que las leyes locales de salud permitan la interrupción del embarazo y, en el extremo, siguiendo la nueva letra de las constituciones locales, que dicha interrupción pueda considerarse un asesinato, con las sanciones penales que ello implica, contra las mujeres que se tomen esa decisión extrema y el personal médico que las asista.

La regresión es tan grave que Naciones Unidas ha alertado sobre el tema. Coincidiendo, esta semana, con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH) calificó a las reformas aludidas como actos de “violencia estructural contra los derechos de las mujeres” (El Universal, 25-11-09).

Dichas reformas constitucionales, literalmente reaccionarias en tanto reaccionan a la legalización de la interrupción del embarazo durante las primeras 12 semanas de gestación que se aprobó en el Distrito Federal y que la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró constitucional, coinciden plenamente con la visión que sobre el mundo, la salud y los derechos de la mujer tiene la Iglesia católica, la cual impulsa en América Latina a agrupaciones que se dicen defender “los derechos del no nacido” y que en otras latitudes, como en España, están en plena cruzada frente a una reglamentación más precisa y segura en materia de interrupción del embarazo.

La no distinción entre temas de moral privada y problemas de salud pública, a la que se suma la pretensión de que el Estado se convierta en brazo ejecutor de lo que desde la perspectiva religiosa son conductas incorrectas, que caracterizan a la Iglesia, también definen la postura del gobernante Partido Acción Nacional en México y explican porqué el PAN sigue siendo incapaz de tener un compromiso explícito e inquebrantable con el Estado laico en pleno siglo XXI. Muestra de ello fue que, con base en sus creencias personales y no en las responsabilidades públicas que le confiere su investidura, el presidente Calderón, a través del Procurador General de la República, promovió ante la Suprema Corte una acción de inconstitucionalidad contra la decisión de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal de despenalizar la interrupción del embarazo en la capital del país.

Pero en la ola de contrarreformas que se vienen sucediendo estos meses y semanas no puede deja de sorprender el apoyo del PRI, partido que gobernó México durante siete décadas y que, con todo, supo mantener definiciones legales y políticas públicas independientes y hasta contrarias al dictado de la influyente Iglesia católica. Baste recordar, por ejemplo, la importante política de planificación familiar en la década de los años setenta del siglo pasado.

Ahora el PRI, sin embargo, vota con el PAN o bien promueve por cuenta propia, en los congresos donde es mayoría, la penalización de la interrupción del embarazo. Eso, a pesar que el artículo 10 de la declaración de principios del PRI, aprobada apenas el año pasado establece: “Nos pronunciamos por un Estado laico para el siglo XXI, que sostenga la imparcialidad de las instituciones y garantice la salvaguarda del ámbito particular de los individuos frente a cualquier intromisión de corporación, credo o dogma y reconozca a plenitud el ejercicio de su libre albedrío”. ¿Y no es un acto de parcialidad institucional, así como una intromisión desde un credo religioso y un dogma sobre el libre albedrío de las mujeres referente a su maternidad el penalizar la interrupción del embarazo?

El artículo 25 de la misma declaración de principios del PRI dice: “Nos pronunciamos por una sociedad en donde la equidad de género sea una realidad que contribuya al establecimiento de una cultura de respeto e inclusión entre los hombres y las mujeres”. Pues hay que decir a los priistas que de acuerdo con lo que establece la ONU, las reformas que ellos —y ellas impulsan— en los congresos locales vulneran la equidad de género y producen violencia contra las mujeres.

Este veloz corrimiento del PRI a la derecha y en esta materia ocurre cuando ese instituto político es presidido por Beatriz Paredes, quien declara que el tema de la interrupción del embarazo “divide a la sociedad y polariza el ambiente” por lo que ella se mantiene al margen (La Jornada, 26-11-09). La dirigente del PRI insiste en que en este tema cada legislador de su partido actúa en función de su conciencia personal, pero es evidente que el “no tener postura” mientras avanza, con los votos de su partido, una legislación similar a la que impulsaron en Nicargua, Daniel Ortega y el cardenal Miguel Obando como condición para el respaldo de la Iglesia al regreso de Ortega al poder, es una clara toma de postura política. Y es factible preguntarse si no tiene la misma motivación que en el caso del malogrado país centroamericano.

Parafraseando a Stieg Larsson —o más bien a la traducción al español de su primera novela—, los priistas son unos más de los que no amaban a las mujeres. Quizá sea momento de acudir ante la Internacional Socialista a solicitar la exclusión del PRI por su apoyo a medidas que atentan contra los derechos de la mujer, de la misma manera en que el Grupo de los Verdes del Parlamento Europeo expulsó al PVEM cuando éste respaldó introducir la pena de muerte en nuestra legislación.

Menos teletón y más "taxation" 4/12/2009

Menos Teletón y más “taxation”

Ciro Murayama | Opinión
Viernes 4 de Dic., 2009 | Hora de creación: 03:02| Ultima modificación: 03:02

Como ocurre desde hace una docena de años, en esta época hay una febril actividad de propaganda y de recaudación de recursos en todo el país por parte de grandes corporativos empresariales que impulsan el llamado Teletón. Este ejercicio, similar a otros que con el mismo nombre se hacen en distintos países iberoamericanos, e incluso en Estados Unidos, tiene la finalidad de reunir recursos para apoyar la rehabilitación de niños con diferentes tipos de discapacidad. La idea original surgió en Chile, impulsada por el presentador de televisión conocido como Don Francisco, en plena dictadura militar en el año de 1978.

En México, de acuerdo con el portal electrónico del Teletón, entre 1997 y 2008 se han reunido donativos por 3 mil 272 millones de pesos y se ha conseguido poner en operación 13 Centros de Rehabilitación Infantil Teletón (CIRT) en el país. Para estos 4 y 5 de diciembre, cuando se celebra la edición 2009, el lema del Teletón es “No hay imposibles”. Si el año pasado se juntaron 442,974,150 pesos, esa es la suma a superar en 2009.

Los impulsores del Teletón dan cuenta de que sistemáticamente las aportaciones para ayudar a los niños discapacitados provienen, en su enorme mayoría, de las zonas de menores ingresos en el país. Son pobres quienes aportan sus escasos recursos para esta causa impulsada por las grandes empresas de México. Son pobres, también, los millares de hombres y mujeres que desde hace semanas realizan en calles y plazas de todo el país la recolección de aportes en unas alcancías plásticas en forma de corazón. Pobres son, también, los niños con problemas de discapacidad que aparecen en los anuncios televisivos o de internet pidiendo las donaciones al Teletón, niños sin duda en situaciones conmovedoras pero que, quizá, no deberían ser usados en campañas mediáticas, así sean en principio bienintencionadas.

Ahora bien, ¿quién puede oponerse a que se lleven a cabo este tipo de campañas nacionales de recolección (aunque en los hechos han desplazado a la tradicional que desde hace décadas realizaba la Cruz Roja)? ¿No es necesario que esos niños de escasos recursos, y sus familias cuenten con apoyo médico especializado para atender y, eventualmente, revertir sus males de salud?

Por supuesto que los niños, pero también los adultos y los viejos discapacitados, y todo aquel con problemas de salud, tiene derecho a una atención profesional. Tan es un derecho incuestionable que está plasmado en el artículo cuarto de nuestra Constitución: “Toda persona tiene derecho a la protección de la salud”.

Se dirá que, ante la incapacidad del Estado para cubrir los servicios de salud, bienvenida sea la iniciativa privada que impulsando campañas filantrópicas puede poner su grano de arena para ayudar a quienes lo necesitan. Sin embargo, hay algo en esa disposición empresarial de contribuir hacia los más necesitados que no cuadra: su renuencia a hacer aportaciones al fisco similares a las que hacen sus contrapartes en otros países. Cabe recordar que un análisis de la Auditoría Superior de la Federación (“Áreas de opacidad y riesgo en el Estado federal mexicano: Oportunidades de mejora”, ASF, 2009), detectó lo siguiente: que “entre los años de 2000 y 2005, las devoluciones de impuestos ascendieron a 679,691 millones de pesos, de los cuales, el 79 por ciento correspondió al IVA y el 15 por ciento al ISR. En 2005, estas devoluciones fueron de 149,850 millones de pesos, cantidad superior en 99 por ciento a la registrada en el año 2000”. Asimismo, que “las devoluciones de impuestos se encuentran altamente concentradas, lo que propicia una situación de privilegio que contraviene el principio de equidad fiscal. Se constató que en 2005, 4,132 grandes contribuyentes recibieron devoluciones por 106,520 millones de pesos, esto es, el 71% por ciento del total. De estos grandes contribuyentes, 398 de ellos concentraron el 77 por ciento del monto devuelto, y de éstos, 10 recibieron una devolución promedio de 1,742 millones de pesos cada uno. Se observó, adicionalmente, que en ese año, 50 grandes contribuyentes pagaron 74 pesos de ISR en promedio”. Así, mientras el Teletón de 2005 reunió 349 millones de pesos para destinar a los niños discapacitados, 50 de las mayores empresas de nuestro país pagaron como impuesto a sus ingresos una suma de tres mil setecientos pesos entre todas. Es decir, que quienes aportan al Teletón reunieron en dos días una suma 94,000 veces (sí, leyó usted bien, noventa y cuatro mil veces) más alta que lo que pagaron cincuenta grandes corporativos como impuestos al ingreso en todo un año.

A la vez, las devoluciones de impuestos en 2005 a las 10 empresas más grandes del país, de mil setecientos millones a cada una, supone una cantidad cincuenta veces mayor de impuestos que no se quedaron en el fisco y que pudieron ser gastados en salud, que lo que recaudó el Teletón ese año.

La Auditoría Superior, en el informe referido, señala además que “los beneficiarios de estos importantes montos de devoluciones corresponden, en general, a empresas de la industria automotriz, productos fotográficos, panificadoras, acereras, tiendas departamentales y de autoservicio, e instituciones financieras”. El lector puede ir a ver la página del Teletón y a sus patrocinadores para ver si alguna de esas grandes empresas corresponde a la descripción de la Auditoría Superior.

Así, si lo que se quiere es nutrir la capacidad real de nuestro país para ofrecer servicios de salud, hay que empezar por fortalecer los recursos de un sistema sanitario que tiene áreas de altísima calidad internacional (como los institutos nacionales). Ello implica ampliar la recaudación fiscal. Con que los grandes corporativos paguen el ISR que marca la ley, sin exenciones ni deducciones, tendríamos cien mil veces más recursos para salud que los que reúne el Teletón con aportaciones de los más pobres.

Menos caridad y más cumplimiento fiscal; menos Teletón y más “taxation”.

ciromurayama@yahoo.com